Cada uno practica deporte a su manera, dependiendo de gustos, disponibilidad o intereses, pero es mejor consultar con un especialista para saber cuál nos conviene más.
Correr cuatro kilómetros diarios, acudir al gimnasio tres veces a la semana o hacer excursiones en bicicleta…Cada uno practica deporte a su manera, dependiendo de sus gustos, su disponibilidad o sus intereses. Pero, ¿sabemos en realidad qué actividades físicas nos convienen y dónde están los límites hasta los que podemos llegar? Para eso es necesario consultar con un especialista en Medicina de la Educación Física y el Deporte, para que nos haga una revisión médica de aptitud y determine el ejercicio más adecuado para nosotros.
El “médico del deporte” valorará nuestro estado de salud, nuestro desarrollo biológico y nuestra aptitud física, para garantizar la práctica segura de cualquier tipo de actividad física, ya sea competitiva o recreacional. Así, quedará descartado todo problema que pudiera contraindicar el ejercicio físico, puesto que practicaremos las actividades más adecuadas para cada uno de nosotros.
Un test sencillo
Este test de aptitud no es nada complicado, y se adapta al nivel de cada practicante. Los especialistas lo recomiendan a toda la población que realice o quiera realizar ejercicio físico, sea cual sea su edad, sus pretensiones deportivas o su nivel de actividad semanal. Se inicia con una detallada historia clínica familiar y personal, dándole especial importancia a las enfermedades cardiovasculares, dislipemia, hipertensión y Diabetes. El siguiente paso es una exploración de base, con especial énfasis en el aparato cardiovascular y el locomotor, incluyendo un electrocardiograma en reposo y una espirometría. Deben recogerse también datos imprescindibles como el peso, la talla y la envergadura. De manera opcional, se podría valorar la fuerza muscular. La revisión se completa con una prueba de esfuerzo, que controla el ritmo cardíaco y la tensión arterial. Los más minuciosos pueden ampliarla con un análisis de sangre o un estudio dietético. El resultado de todas estas pruebas es un informe individualizado, remitido al deportista, con una valoración sobre la adaptación de su forma física al ejercicio que practica, así como otras actividades deportivas adecuadas a sus condiciones, propuestas por el especialista. Si se encontrará alguna anomalía se darían los consejos necesarios para su control.
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