Radiofrecuencia facial: qué es, cómo funciona y características principales

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La radiofrecuencia facial se ha convertido, en los últimos años, en un tratamiento clásico que no puede faltar en cualquier centro de medicina estética. No en vano, la radiofrecuencia facial ha demostrado su utilidad y su eficacia a lo largo de bastantes años, siendo un compañero indispensable de todo profesional de la belleza y la medicina estética.

Hoy vamos a profundizar un poco más en este área de la radiofrecuencia. Veremos cómo funciona esta técnica y cuáles son sus usos principales. También te daremos algunas pautas a considerar, si quieres incluir la radiofrecuencia entre los tratamientos a ofertar en tu centro de estética.

¿Qué es la radiofrecuencia facial?

A estas alturas ya es probable que sepas qué es la radiofrecuencia y cómo funciona en términos generales. Pero, cuando hablamos de radiofrecuencia facial, ¿a qué nos estamos refiriendo exactamente?

A grosso modo, la radiofrecuencia facial es un tratamiento estético no invasivo, que aplica sobre el rostro ondas electromagnéticas para estimular la producción de elastina y colágeno. Al incrementarse ambos niveles en el tejido de la piel, se produce una mejora notable en la apariencia de la piel de la cara, con resultados palpables desde la primera sesión.

Las ondas electromagnéticas que se utilizan en la radiofrecuencia facial tienen, por lo general, una frecuencia de entre 0,5 y 2,4GHz. Esta frecuencia permite que las ondas penetren en las capas más superficiales de la piel de la cara, pero sin causar daños en sus tejidos. Se trata de una técnica muy segura y que no suele generar efectos secundarios.

La forma de estimular la producción de colágeno y elastina a través de las ondas electromagnéticas es a causa de la generación de calor. Las ondas calientan los tejidos y las células, ayudando a generar nuevas fibras celulares y promoviendo una mayor elasticidad y flexibilidad en la piel del rostro.

¿Cómo funciona la radiofrecuencia facial?

Como ya se ha indicado anteriormente, la radiofrecuencia facial funciona a través de ondas electromagnéticas. Estas ondas penetran en las capas superficiales de la piel, aumentando el calor a nivel celular y provocando la generación de nuevas fibras de colágeno y elastina.

Desde el punto de vista del paciente, la radiofrecuencia facial es una técnica muy cómoda y nada molesta. Normalmente se puede indicar para cualquier tipo de piel, aunque es conveniente que un profesional analice cada caso en concreto y aconseje al paciente cuál es el tratamiento más adecuado para la piel de su rostro.

Usos principales de la radiofrecuencia facial

De lo expuesto anteriormente ya se puede deducir que el principal uso de la radiofrecuencia es el tratamiento y mejora de la piel del rostro. Partiendo de ahí, estos son los usos más habituales de esta técnica medico-estética:

  • Reducción de la flacidez de la piel de la cara. Gracias a la estimulación de la producción de elastina y colágeno en la piel, la estimulación con ondas electromagnéticas que produce la radiofrecuencia facial ayuda a incrementar la firmeza y la elasticidad de la piel, mejorando su aspecto general desde la primera sesión.
  • Reducción y suavizado de arrugas y líneas de expresión. Otro beneficio notable del tratamiento con radiofrecuencia facial es la reducción de las líneas de expresión de la cara en zonas localizadas (zona de la sonrisa, ojos, labios…), así como el suavizado de las arrugas a nivel general. La sensación de rejuvenecimiento facial es muy evidente tras el tratamiento. También se reducen los poros dilatados y la flacidez general, contruyendo a mejorar el aspecto general de la cara.
  • Rostro más luminoso. La mejora de la circulación sanguínea producida por la estimulación de la piel, también ayuda a oxigenar y aumentar la luminosidad de la cara.
  • Tratamiento de cicatrices y marcas de acné. Otro uso habitual de la radiofrecuencia facial es la eliminación de marcas y cicatrices de este tipo. Esto se produce principalmente gracias a la estimulación de la producción de colágeno en la piel, estructurándola y reafirmándola desde la primera sesión.

Contraindicaciones y posibles efectos adversos

En principio podemos decir que la radiofrecuencia facial está indicada para cualquier tipo de piel y no tiene por qué haber efectos secundarios. Pero sí conviene tener precaución en algunos casos muy específicos, como los siguientes:

  • Embarazo y lactancia, por posibles efectos negativos sobre el feto o el bebé. En este caso es recomendable acudir a un profesional sanitario antes de someterse a este tipo de tratamiento.
  • Problemas de coagulación sanguinea, para evitar posibles complicaciones de sangrado, aunque sean muy esporádicas y poco probables.
  • Lesiones en la piel, que puedan presentar alteraciones o complicaciones a causa del tratamiento.

En general, podemos decir que es conveniente tener precauciones antes de aplicar la radiofrecuencia facial a personas que tengan algún tipo de lesión o problema médico que afecte a la piel del rostro. Por eso siempre recomendamos la supervisión de un profesional antes de la aplicación de la técnica.

En conclusión, la radiofrecuencia facial es un tratamiento muy seguro y con una eficacia demostrada para la mejora de la apariencia general de la piel del rostro. Además, es un tratamiento cómodo y no invasivo, con resultados duraderos en cualquier tipo de paciente.

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